Ardiente

La razón por la que miramos a otros cuando estamos con nuestra pareja

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Y si a veces no es así es porque cuando la ira invade, la mente se nubla Foto: iStock. Mantener viva la chispa significa un esfuerzo diario y remar a contracorriente ante la falta de comunicación, el desinterés o la inapetencia sexual. Un factor que arruina muchas relaciones al principio es la tendencia a apresurar las cosas. En concreto, cuando las personas conocen a alguien que les gusta, lo ven con la mayor frecuencia posible en las primeras semanas y se emborrachan de amor.

Loco como las maracas de Machín, que diría mi abuela. Pues sí, se puede querer a dos personas la vez y no estar loco. Parece divertido, sí, pero os aseguro que no lo es tanto. De allí la paradoja de la elección. Porque hay que aceptar muchos riesgos como elegir mal, hacer daño al rechazado o quedarte al final sin nadie, cuando parecía que lo tenías todo. Pues no, no se puede, lo siento. Pero que te suceda esto dice mucho de ti.

Cómo el consumo de marihuana afecta nuestra mente Final de Recomendamos La generalidad de nosotros tiene una noción de lo que son los celos normales, que se podrían definir por la sensación que invade tu cuerpo cuando ves que tu pareja atrae la atención de alguien en cualquier sitio, por ejemplo, o cuando el nombradía de otra persona comienza a aparecer en todas las conversaciones. Pero lo que me pasó a mí fue completamente diferente. No lo sabía entonces, pero tuve lo que se llaman celos retroactivos. Su pasado, de un día para otro, se convirtió en mi presente Y las cosas se pusieron peor: con películas en mi cabeza donde la imaginaba a ella y a su ex en la cama como si eso estuviera ocurriendo ahora mismo, frente a mí. Como si ella me estuviera engañando. Su pasado, de un día para otro, se convirtió en mi presente. Si íbamos a comer a un bufé me preguntaba si ella y su exnovio habían ido a ese mismo lugar antes. Y las redes sociales solo ayudaron a magnificar la efecto de frustración. Me convertí en un detective de internet.

El paso siguiente Intuición y observación Hay dos herramientas indispensables para percibir nuestro entorno, primero la observación y después la intuición, ésto se aplica bien en el campo de la espectáculo, y es que a veces con fijarnos en los detalles correctos conseguimos determinar si le gustamos a algún, pues la actitud corporal es difícil de controlar. Te damos algunas señales que pueden revelar si le gustas o no a alguien. En principio al hablar con esta persona sus ojos se pasean por todo nuestro rostro, y se fijan en dos puntos particulares, los ojos, señal de que le interesa lo que dices y la boca, señal clara de deseo, esta persona quiere besarte y por eso observa con insistencia tu boca. Proximidad Este aspecto es claro, cuando alguien te atrae, consciente o inconscientemente deseas estar cerca de esta persona, de modo que, apartando las relaciones de intimidad entre amigos, cuando alguien de quien has percibido ciertas señales, al aproximarse siempre propicia el contacto físico, es probable que le gustes.

En resumen, que acabamos saliendo con la misma persona una y otra tiempo. Al enamorarnos, idealizamos al otro y ponemos en él o ella todo lo que creemos que nos falta o nos sobra, hacemos una proyección idealizada de nosotros mismos. La tesis del apego, desarrollada por el psicoanalista inglés John Bowlby en la decenio de , afirma que los seres humanos seguimos en la edad adulta los patrones de relación que aprendimos en la infancia. Desarrollamos un afición seguro cuando nos han educado con afecto, atendiendo nuestras necesidades y emociones sin sobreprotegernos y poniéndonos unos límites claros y adecuados. Desde este elocución educativo nos identificamos con el modelo y buscamos parejas similares, que nos traten de manera sana y satisfactoria.

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