
Parece ser que «bisexual» era un término con el que los hombres heterosexuales no se sentían a gusto a la hora de definir sus paseos por la otra acera. Es como afirmar que por tomar sushi de vez en cuando no se considera que te guste el pescado, o al menos es lo que vienen a decir las palabras «heteroflexible», «heterocurioso» o «bromance» que se dedican a dar vueltas sobre especificaciones nimias de si a los practicantes les gusta o no la penetración o si no besan pero sí que la chupan. Una serie de jaleos innecesarios para categorizar algo tan sencillo como es que te puedas sentir atraído de una manera o de otra tanto por hombres como por mujeres independientemente de los porcentajes o letras pequeñas que quieran añadirle al respecto. Que surjan palabras para explicar conceptos que no existen como es el caso de hater, una palabra que tarde o temprano tenía que llegar a nuestro vocablo, lo entiendo, pero creo que no es el caso de la heteroflexibilidad. El estigma de que caigan los célebres «maricón», «bujarra», «reinona» o cualquier otro apelativo despectivo es demasiado grande. Pero tranquilos, es muy español cambiarle el nombre a las cosas. Solo que por mucho que se llame «agresión sexual» sigue siendo una violación y por mucho que te definas como «heterocurioso» sigues siendo bisexual. Duquesa Doslabios.
Agujero que se viene. Todos en la mesa son hombres. Alguno de ellos tiene novia, otros han tenido y Jaime siempre ha sido un picaflores, un ligón irresistible para muchas mujeres. Ojo cuidado. Enciende el ordenador y en el buscador pone: gay sex. I told you. Jaime es heterocurioso. Pues bueno, analicemos.
HeteroCuriosas MJ , publicado el 21 Septiembre Se definen a sí mismas como heterosexuales, pero muestran una gran anécdota por intercambiar besos, caricias y experiencias sexuales con lesbianas y bisexuales. Pueden tener novios o estar casadas, empero da igual. Coquetean, provocan, seducen, celan y, a veces, hasta se enamoran. Te contamos aquí sus historias. Cuando María y Aída se besaron en un bar cercano a su administración en Madrid, los compañeros de trabajo de ambas, que compartían mesa con ellas, interrumpieron bruscamente su conversación. El silencio rotundo fue la banda sonora que acompañó varios besos largos y apasionados. María, de 29 años, llevaba uno trabajando en la empresa y todos sus compañeros sabían que época lesbiana. La sorpresa que decoraba los rostros de éstos venía por Aída, de quien todos sabían que época heterosexual y que hasta ese edad había tenido sólo parejas masculinas. Después, con el tiempo, nos hicimos bastante amigas y ella sólo hablaba de chicos, así que asumí que época heterosexual y que mi infalible radar se había confundido.
A veces la gente se cuestiona si es gay por el hecho de que siempre le han gustado personas del sexo opuesto pero se han enamorado de alguien del mismo amor. Hoy os hablo sobre este guión. Las respuestas a esta pregunta suscitan un eterno debate del que es difícil dar una respuesta. Hay quien dice que si tienes deseo venéreo por alguien de tu propio amor, aunque sólo sea por una andoba, eres homosexual. Luego hay quien considera que eres heterosexual pero que simplemente te has enamorado de la andoba independientemente de si es hombre o mujer y el amor puede a la cuestión del género. Pero todavía hay quien piensa y de acción acuña el término de: hetero curiosoel cual se basa en que la persona es heterosexual pero en un momento dado siente deseo sexual hacia alguien del propio sexo y ejercicio la experiencia. Realmente yo no sé daros una respuesta. Así que dada la ausencia de información objetiva, os daré mi punto de vista: Del mismo modo que no me gusta poner etiquetas a mis pacientes porque considero que no aportan gran cosa, creo que no es necesario aovar una etiqueta acerca de este guión. No obstante, va bien saber y sentirse identificado con algo, hace que sientas que perteneces a un grupo y que no eres un bicharraco raro.